Comunidad Valenciana
Propiedades de las frutas
Naranja
(Citrus Aurantium L)

Llegamos a uno de los frutos más importantes de la Naturaleza por tantas propiedades como tiene la naranja. De hecho podríamos escribir un libro sobre este fruto y jamás pondríamos suficiente justicia a tan noble alimento-medicamento. En verdad quien esto escribe tiene un libro editado que titulé: "LA NARANJA UN MILAGRO DE LA NATURALEZA". Y esa es una gran verdad. La naranja es un milagro para poder reponer la salud y solucionar un gran número de de enfermedades.

Quisiera ser lo más explícito posible para darle a esta maravilloso fruto el mayor crédito posible.

Comenzaré diciendo que se ha considerado a la naranja como un símbolo de generosidad; realmente encierra los más nobles elementos nutricionales que necesita el hombre para conservar su posesión más apreciada. La Salud.

La flor del naranjo es el símbolo de la virginidad. Y su fruto la naranja el símbolo más noble que el ser humano puede encontrar en la Naturaleza para encontrar la esencia Divina que es la perfecta salud.

Toda materia tóxica que se halle en el organismo, toda flora microbiana anormal, causadas por fermentación pútrida debida a la alimentación compleja e incompatible son destruidas y neutralizadas, hasta sus recodos y rincones más íntimos, con el uso diario de zumo de naranjas. Grandes ventajas conseguirá toda madre solícita y amante fiel de su hogar, rémplazando el café con leche y el chocolate por el jugo de naranja o mandarina, tanto para ella como para sus hijos.

La naranja contiene importantes vitaminas tanto el jugo como su pulpa entre ellas podemos contar con: Vitamina A, vitaminas del complejo B., Vitamina C o ácido ascórbico y vitamina P.

Todas estas vitaminas son importantes para el normal desarrollo de la salud. Pero por sobre todo para el normal funcionamiento de nuestro organismo es indispensable, la vitamina C o ácido ascórbico. Las necesidades mínimas necesarias diariamente son:

Niños hasta 3 años.............. 40 milígramos diarios.
" de 3 a 9 años.................. 65 " "
" de 9 a 12 años.................. 80 " "
Adolescentes: de 13 a 15 años.... 95 " "
" de 15 a 20 años................¿0 " "
Adultos:.......................... 80 " "
Embarazadas:....................... ¿5 " "
Madres lactantes.................... 175 " "

La naranja contiene aparte de la vitamina C en abundancia (de 50 a 100 miligramos por cada cien gramos de jugo) y la vitamina P (protectora vascular) las siguientes sales minerales: potasio, sodio, calcio, magnesio, y los oligoelementos siguientes: hierro, cobre, cinc, manganeso, bromo. Además de ácidos málico, tartárico y cítrico. Los frutos maduros contienen hesperidina, aurantina, ácido aurántico, una esencia.

La reserva principal de vitamina C. en el organismo la tenemos en las cápsulas suprarrenales. (órganos situados encima de cada uno de los riñones y en contacto con ellos), y después en el hígado.

Integran como hemos dicho en proporción altamente estimable la vitamina C. (antiescorbútica) y también la vitamina B. (antineurítica). Bastaría esto solamente para que la naranja no faltara en ningún régimen de cada persona. Es un alimento necesario que contribuye eficientemente en mantener en auge el tono vital y la capacidad defensiva del organismo. Todos necesitamos hacer un gran acopio de vitaminas, pero, sobre todo, como se desprende del último esquema, las mujeres embarazadas y madres lactantes. La salud de su hijo futuro y presente depende de ello.

Muchos niños enferman de alergias asmáticas o del hígado porque, sus madres los alimentan con leche de vaca, por cuanto la leche de vaca está en desproporción al alimento que necesita el ser humano. Nada mejor pude hacer la madre lactante que alimentarse con abundante jugo de naranja por lo que este se convierte inmediatamente el leche materna, y si le falta este alimento para su hijo, tratar de alimentarlo con jugo de naranja que en su composición química es lo más parecido a la leche humana.

Muchos niños que acudieron a mi consulta con diagnósticos de asmáticos para toda su vida, con el simple cambio de dejar la leche vacuna y cambiarlo por jugo de naranja superaron sus problemas definitivamente.

Acerca de esto quiero hacer un rápido comentario para mejor comprensión de mis lectores: Como cualquier otro animal, racional o no, al ser humano también le corresponde alimentarse de la leche de su especie hasta que le salen los dientes. Es por ello que las hembras humanas, al igual que todas las hembras de todos los animales mamíferos, están dotadas de un sistema glandular preparado para producir leche y amamantar a sus cachorros.

Cada hembra incluyendo a la mujer, segrega con su leche a través de las glándulas mamarias, el alimento específico y justo para la crianza y desarrollo normal del hijo de su misma especie, según su ciclo de desarrollo y de vida que por ley le corresponde.

Es por ello, que, al analizarlas químicamente, dan los mismos nutrientes, pero con valores distintos, según la rapidez con que deba desarrollarse el ser. Es por ello que la leche de vaca tiene mayores nutrientes que la leche humana que el organismo debe eliminar, y debido a esto los órganos de eliminación se recargan e intoxican sobre todo los bronquios y el hígado de algunos niños. Es debido a esto que no aconsejamos la crianza de los niños con leche de vaca, ni de ningún otro animal. Solamente la de su especie.

Dentro de las virtudes de la naranja destacamos su carácter más saliente de excelencias extraordinarias. El ácido cítrico o "ácido orgánico" es de grandes efectos bienhechores sobre factores de las funciones de los tejidos. Por una parte contribuye a depurar los tejidos afectados por residuos provenientes de la alimentación incorrecta, asociada a digestiones anormales y a un sedentario sistema de vida. Por otra parte, y combinándose con las sales minerales en la que es rica la misma naranja, alcaliza los humores orgánicos y contribuye a solubilizar una serie de sustancias nocivas (entre ellas el ácido úrico) que contribuyen una peligrosa fuente de enfermedades.

Significa esto que las personas afectas de una cualquiera de las enfermedades provenientes de un retardo de la nutrición <reumatismo crónico, gota, obesidad, diabetes, artritismo, o inflamación de los riñones (nefritis) deben hacer un consumo abundante y generoso de naranjas, sobre todo su jugo exprimido. Y en cuanto a los sanos, de la misma manera, de acuerdo a un concepto elemental de prevención de la enfermedad, que tiende cada vez más a primar en medicina.

Las sales minerales de la naranja la indican especialmente en un gran número de estados patológicos. El potasio, como dijimos anteriormente, es en primer lugar un gran diurético. Estimula la secreción urinaria. Y en cuanto al corazón, refuerza sus contracciones. Conjuntamente con el sodio, es indispensable para asegurar el equilibrio que necesariamente debe haber entre el plasma sanguíneo y los glóbulos rojos. Equilibrio importantísimo. Por cuanto de el depende la vida.

El calcio que abunda en la naranja, es indispensable para que los huesos se construyan robustos fuertes y sanos una vez llagado el término de su desarrollo. Se encuentra íntimamente vinculado al fósforo, otro elemento esencial para los huesos, que también se encuentra en la pulpa de la naranja. Y por fin para, completar en maravillosa armonía esta conjunción feliz, encontramos en este fruto la vitamina D. Que permite que el fósforo y el calcio se asimilen. Los niños raquíticos deben consumir jugo de naranjas en abundancia. Es quizás la manera más eficaz de remediar su condición y sin perjudicar su desarrollo.

Por último diremos que el magnesio, es el alimento del cerebro, de la piel y sus anexos, principalmente de los cabellos y uñas. Sin el magnesio no puede haber, ni remotamente, salud. Este mineral se encuentra en cantidades apreciables en la naranja.

En cuanto al valor curativo de la naranja, podemos decir que son en varias enfermedades que se utiliza la naranja en distintas formas, con resultados clínicos experimentalmente comprobados. En la inapetencia se emplea la cáscara (siempre y cuando no haya sido pintada, como suele ocurrir en Argentina), cuya acción es la de todos los amargos: eupéptica, es decir, reguladora de la secreción gástrica. La naranja tiene la virtud de despertar el apetito si se come antes de las comidas, por ejemplo.

Aún que parezca extraño, la naranja ácida es un gran remedio de la llamada acidez de estómago. La modera y como sucede con el limón la neutraliza, positivamente; sobre todo si se la asocia a una cura de naranjas un régimen dietético racional, tal como se aconseja en estos casos. En la úlcera de estómago y del duodeno también está indicada; y con resultados alentadores. Conviene en estos casos proceder en forma gradual y paulatina, comenzando con una pequeña cantidad de jugo de naranja exprimida, y si es posible mediante el asesoramiento del especialista. De cualquier manera, la naranja es excelente en la casi totalidad de los trastornos del tubo digestivo.

El sabor fresco alcalino y perfumado de las naranjas entona el estómago; el zumo de naranjas desinfecta todo el ambiente estomacal es disolvente de los alimentos; ataca el estado de hiperclorhidria y su uso continuado lo domina; destruye las ulceraciones pilóricas y estomacales; cicatriza; normaliza los estados espasmódicos del píloro, cortando la nudación contractiva; fluidifica todo estado de dispepsia gástrica y nerviosa; purifica el estómago y le prepara para digerir mejor; con su cantidad de azúcar natural, despierta el hambre verdadera y nutre el estómago; fortifica los músculos estomacales; dota de mejor solubilidad al jugo gástrico; permite que las reservas vitales del estómago estén en actitud pasiva para presentarse rápidamente a actuar en caso de envenenamiento u otra anormalidad para la defensa del organismo; etc. etc.

La naranja conviene en gran manera a los que sufren del intestino delgado, así como a los del intestino grueso y padecen estreñimiento y atonía intestinal. Las propiedades bioquímicas del jugo de naranja, tanto como sus finísimas y suaves fibras de su celulosa, en contacto con las vellosidades del intestino, ayudan a sus movimientos peristálticos e impiden en las sinuosidades del mismo el acumulo y depósito de materias, que es causa del estreñimiento y la atonía. Persistiendo en las tomas del zumo de naranja, y haciéndolo con el debido método, el estreñimiento se cura radicalmente.

En el colon <nos dice el afamado profesor Nicolás Capo> produce un efecto microbicida y desinfectante, y por eso, al tomar jugo de limón o de naranja, desaparece enseguida la inflamación de dicha parte del intestino (colitis y diarrea). El jugo de naranja (como el de limón) destruye y aniquilan con tal fuerza e inocuidad la flora microbiana patógena del colon, que este procedimiento terapéutico natural resulta muy superior al de leche cuajada, al del yogur y al de los productos farmacológicos.

En el caso de las hemorroides es también muy eficaz la cura de naranjas. Las hemorroides se deben a una gran congestión y, a la vez, a una gran intoxicación del hígado, que repercute en el recto por la red de nervios con que se comunican estrechamente, por existir entre estas dos partes del organismo cierta similitud en el trabajo, y, naturalmente, teniendo el hígado sano y limpio, no hay hemorroides.

En las enfermedades del hígado y del páncreas la naranja actúa maravillosamente. La boca amarga, saburrosa, pastosa y seca, al despertase en las mañanas se debe al recargo de residuos en el estómago y a la congestión del hígado y anormalidad en la secreción biliar (cuando no es que se respira con la boca abierta). Tomado de medio a dos vasos de jugo de naranja mezclado con el jugo de un limón, en ayunas, tal estado desaparece rápidamente, pero, naturalmente, lo mejor es evitar la formación de residuos tóxicos en el hígado, ordenándose y metodizándose una alimentación diaria exenta de tales sustancias perturbadoras, esto es, a base de un régimen de frutas y verduras bien ordenado.

El hígado y el páncreas, por un imperativo vital del organismo, se defienden contra aquellos venenos dilatando las células del órgano para dar lugar a la congestión de flujo sanguíneo y para que este pueda efectuar, en parte, la oxidación por medio de la fiebre local o general. Cuando estamos en este instante especial de crisis febril curativa, si tomamos mucho jugo de naranja o de limón, ayudamos poderosamente al organismo en su lucha contra las sustancias perturbadoras que desequilibran el funcionamiento fisiológico del organismo.

El zumo de naranja, en suma, activa las funciones hepáticas y pancreáticas; fluidifica la bilis y el jugo pancreático; limpia el hígado; neutraliza los venenos que, a través del hígado, han de entrar al organismo; oxida los malos humores estancados en la entrada del conducto colédoco; tonifica las funciones de reversibilidad sanguínea en su plasmogenia hepática; destruye la grasa del hígado y páncreas; vitaliza las células hepáticas y pancreáticas, etc. etc.

El jugo de naranjas tiene un gran efecto sobre las glándulas suprarrenales y sobre los riñones.

Una cura de naranjas, hecha conscientemente, aleja todo peligro de infección e inflamación de los ovarios y la matriz. Completada con baños de sol, tomados directamente en los ovaros y la matriz, se regenera por completo la sangre que circula por dichos órganos, y el peligro se evita. No debe comenzarse la cura precisamente en los días que acostumbra a parecer la menstruación, sino que debe esperarse unos días, a que cese, y, entonces, iniciar el tratamiento.

Sometiéndose a una cura de naranjas, el reumático comienza ya, desde el principio, a sentirse aliviado en las crisis agudas de dolor. Las abundantes tomas de jugo de naranjas oxidan las concreciones úricas, las cuales se descargan, disueltas, a través de la orina. Aquí tenemos la acción del ácido cítrico, que actúa destruyendo el ácido úrico y demoliendo cálculos, piedras y arenillas. Suprimiendo las causas, desaparecen inmediatamente los efectos. Para el reumático, un régimen de de abundantes naranjas es lo mejor, el cual puede complementarse con manzanas y también con algún higo seco o ciruela seca.

Refiriéndose a las naranjas en relación con la diabetes, el doctor Marañón nos dice: "Es difícil comprender cómo la relativa pequeña cantidad de azúcar que una naranja contiene, puede remediar con tanta rapidez y energía el profundo descenso de azúcar de la sangre. Podríamos aquí poner en el haber de dicha fruta algún poder, aún desconocido, que se añadiría al que puede achacarse estrictamente a su dulzura." (A lo que el profesor Nicolás Capo afirma) "por el contrario, nosotros crémos que no hay nada misterioso en el poder medicinal de las naranjas, sino que la razón es muy sencilla, clara y lógica; no es el azúcar justamente quien cura, sino sus ácidos naturales, perfectamente asimilables por el hígado y la sangre, ácidos estos que forman las sales cítricas, sólidas, potásicas, etc. Naturalmente, cuanto más ácida es la naranja más medicinal, más durativa resulta para el diabético, ya que en esos ácidos orgánicos es donde residen esas virtudes curativas imponderables e impalpables para la medicina alopática, porque esta tiene un punto de vista clínico curativo muy diferente del criterio científico naturista."

En los niños el jugo de naranja obra a la manera de un laxante suave. Debe dárseles en lugar de agua para apagar la sed, sobre todo en le época calurosa. Es una bebida no sólo sana, sino también riquísima: Pero recomendamos no agregarle azúcar para endulzarla, porque sería echar a perder muchas virtudes. En todo caso, se puede agregar una pequeña cantidad de miel.

La infusión de hojas de naranjo, 10 gramos por litro de agua, es calmante, diaforética, antiespasmódica, tónica y febrífuga, útil, por consecuencia, en la jaqueca, indigestiones, vómitos, espasmos, palpitaciones, cólicos, cansancio, tos nerviosa, atonía de estómago, etc. El agua destilada y licor de flores e naranjo, gozan de idéntica propiedad.

Colocando en una bolsita un puñado de flores de naranjo debajo de la almohada se consigue un sueño tranquilo y reparador.

Para terminar quisiera hacer un resumen de las propiedades medicinales de la naranja: <La naranja es una de las mejores frutas alimenticias y curativas de invierno>, que suple las carencias vitamínicas (antiescorbútica), muy nutritiva; aperitiva; remineralizante; (ayuda a la fijación de los minerales); tónico muscular y nervioso; anti infecciosa; refuerza las defensas naturales; desintoxicante; refrescante; digestiva; protectora vascular; antihemorrágica y fluidificante sanguínea; diurética; rejuvenecedora celular y de los tegumentos; la corteza es febrífuga.

Por todos estos motivos está especialmente indicada en los niños (activadora del crecimiento), convalecencia y vejez; anemia; anorexia; desmineralización; escorbuto; astenias física e intelectual; trastornos hepáticos; biliares y pancreáticos; dispepsia; flatulencias; tendencias hemorrágicas (fragilidad capilar); Púrpura; trombosis; hiperviscosidad sanguínea y síndrome que la acompañan (vértigos, entumecimiento de los miembros, algias precordiales); infecciones diversas, prevención y tratamiento de las enfermedades contagiosas; pirexias, paludismo, intoxicaciones; estomatitis; gingivitis; dermatosis, eczemas; diabetes; nefritis; etc. etc.

A los lactantes alimentados artificialmente conviene darles 1 a 3 cucharaditas de zumo de naranja o mandarina entre los biberones. El zumo de naranja es capaz de completar la alimentación de los niños encanizados, que recobran rápidamente el estado normal de robusta salud.

Digámoslo una vez más LA NARANJA NO ES UN POSTRE. SINO EL MEJOR DE LOS ALIMENTOS - MEDICAMENTOS QUE LA NATURALEZA NOS OFRECE.

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