El arándano, rasponera o mirtillo (Vaccinium myrtllus) es un pequeño arbusto que generalmente vive en estado silvestre en los bosques parajes áridos y sombríos de los bosques monstruosos. Se asemeja mucho al mirto común. El fruto es una baya globulosa del tamaño de una cereza mediana. Comienza como azulada y acaba negra en su madurez; su carne es de agradable sabor agridulce, es de color vinoso tinto, y en su parte central contiene diversas simientes.

Las bayas del arándano son astringentes, antisépticas y antipútridas, bactericidas, disolventes del ácido úrico, antiescleróticas, protectoras e las paredes vasculares y mejoran la visión nocturna.

Por consiguiente nos dice el Doctor Jorge Sintes Pros: "está indicadas en la enteritis, diarreas, disentería, putrefacciones intestinales, colibacilosis, hemorragias por fragilidad capilar, meno-metrorragias, arteriosclerosis, trastornos circulatorios (varices, capiliaritis, arteritis, secuelas de flebitis), úlceras de las piernas, coronaritis secuelas de infarto, hepatismo, insuficiencia biliar, azoemia, hemorroides".

Como emplear las bayas de este fruto como uso interno: Se deben tomar las bayas muy maduras, tomadas frescas en cantidad, al natural o en forma de jalea y mermeladas, recomendables a todos, especialmente a las diarreas crónicas. Cocimiento de bayas: Una cucharada sopera por taza d agua, hervirlo durante cinco minutos y dejarlo quince en infusión. Colar, exprimiéndolas bien. Tomar de 2 a 6 tazas diarias según la necesidad.

El extracto líquido y tintura se toma: de 2 a 5 gr. Por día con ݠvaso de agua antes de las comidas.

El uso de popular del arándano contra la diabetes fue tomado en consideración por la medicina científica hace unas décadas. Algunos médicos norteamericanos (y más concretamente el Dr. Allen) han utilizado una mirtilina extraída de las hojas con el nombre de: "insulina vegetal". Este producto tendría no pocas de las virtudes de la insulina química, sin algunos de sus inconvenientes. Otros autores, experimentando en animales, han confirmado los dictámenes norteamericanos. Tratándose de diabetes poca o medianamente grave, El Dr. H. Seal cré, que con una medicación prolongada, a base de hojas de arándano, no solo disminuye el azúcar expulsados por la orina sino también el contenido en sangre. Las hojas se utilizan en infusión o cocimiento en dosis de 30 a 40 gr. Por litro de agua. (De medio litro a un litro diario en diabetes).

Para la cura de arándanos, como para la cura de uvas (como veremos más adelante), se toma el fruto fresco, y en cantidad de ݠa 1 kilo por día. Aprovecha, sobre todo, para regularizar las funciones intestinales y evitar fermentaciones pútridas.

LA AVELLANA

Todo cuanto decimos de la almendra y la nuez se podría aplicar a la avellana, aún que con mayor ventaja. Porque la avellana posé mayor cantidad de grasa; y, a pesar de ello la avellana se digiere mejor que la nuez.

En muy poco volumen la avellana posé gran cantidad de principios nutritivos. Dicha circunstancia hace que este alimento sea grato, además de conveniente, a las personas que realizan excursiones sobre la montaña. Dado su considerable poder nutritivo no se debe abusar de el.

Es un alimento que ayuda a reconstituir nuestros tejidos por su albúmina, a defendernos de las bajas temperaturas por su gran riqueza en grasas, además de ser un discreto alimento dinamógeno y mineralizante por el aporte de hidratos de carbono y sales minerales que contiene.

La avellana contiene las siguientes sales minerales: calcio, fosforo, magnesio, potasio, azufre, cloro, sodio, hierro y cobre. Además es rico en vitaminas A y B. la avellana es de todos los frutos oleaginosos la que contiene mayor cantidad de materias grasas y nitrogenadas.

A a avellana se la considera el más digerible de todos los frutos oleaginosos. Las avellanas si se comen como alimento, sin abusar de ellas; se puede alternar las crudas con las tostadas son un alimento de extraordinaria calidad. También se puede prepara como en el caso de las almendras, la horchata de avellanas, previamente molidas o machacadas, con agua y azúcar natural de caña.

Se recomiendan las avellanas en la adolescencia, crecimiento, embarazo, senectud; en la tuberculosis; litiasis urinaria; cólicos nefríticos; diabetes.

Las hojas del avellano tienen propiedades vasoconstrictoras y tonificantes venosas (extracto líquido de las hojas: de 60 a 80 gotas con ݠvaso de agua contra las várices y el edema de las piernas). La infusión de hojas en compresas puede utilizarse en el tratamiento de las llagas átonas y úlceras de las piernas.

La corteza del avellano, sobre todo por sus principios astringentes, se recomienda para atajar las diarreas y para cortar las hemorragias.

Por último diremos que las hojas del avellano, desecadas al horno, mezcladas con hojas de nogal, cenizas de tabaco y de sal de cocina reducida a polo muy fino, y cocida la mezcla con aceite de oliva, aplicada en fricciones repetidas, está provista de una eficacia probada contra los dolores reumáticos.