Primero, troceamos la liebre, la salpimentamos, y la ponemos a macerar durante 4 horas en un recipiente con el tomillo, el romero y regada con el brandy.
Limpiamos los rovellones en abundante agua y los troceamos si son grandes.
Picamos el tomate, la cebolla, los ajos y el perejil, y lo reservamos.
Cuando la liebre esté macerada, se pone al fuego una cazuela de barro con aceite de oliva y se sofríe la carne a fuego lento hasta empezar a dorarla, y añadimos el tocino y rectificamos de sal.
Mantenemos cociendo a fuego lento removiendo para que no se pegue hasta que el tocino adquiera color, y añadimos las verduras picadas, añadiendo a la cocción el brandy del macerado, o un poco nuevo si no queda.
Añadimos los rovellones y mantenemos la cocción a fuego lento, removiendo de cuando en cuando, hasta que estén listos, dorados y en su punto.