-¿Qué me dices del 1546? -preguntó una de las mujeres mientras caminaban.
-Tengo mis dudas de que se haya conservado, sería un error que podríamos pagar caro -contesto un anciano de pelo blanco.
-Lo mejor sería sacar al 2375, es una mujer joven; su enfermedad fue catalogada de nivel 5 y se puede controlar fácilmente -intervino otro de los hombres, el que llevaba una pantalla con los datos de lo que, aparentemente, eran los historiales de cada uno de los cuerpos que reposaban en los cilindros.
-Pero hay que tener en cuenta que este ejemplar no tiene a nadie vivo que pueda hacerse cargo de ella. ¿Quién pagaría su tratamiento? -respondió la primera mujer que habló.
-Podemos ponerla como modelo de estudio -comentó otro de los hombres- y veo que está señalada como caso especial. –añadió observando, y señalando la pantalla que el otro tenía en sus manos.
Así comienza El futuro imperfecto.
Actualmente hay personas que sueñan con ser cryogenizados porque padecen enfermedades para las que no hay tratamiento.
Sueñan que en un futuro se habrá descubierto y volverán a tener una larga vida de felicidad. ¡Pero!
¿Alguien es capaz de asegurarles en que circunstancias, y donde serán debueltos a la vida?
Tres historias de un futuro más que probable, yo diría que seguro.