Versos desde la cárcel

Versos de un joven anarquista, mi padre, que lamentáblemente, todavía creia en el ser humano.

Francisco Oltra Paricio murió, junto con varios compañeros, ametrallado al estar con un grupo de maquis que los iban a pasar a Francia para trabajar, el 10 de septiembre de 1950 en el monte Padrós en Santa María de Marles, en Barcelona. Fué enterrado en el cementerio de San Pablo de Pinós.

Nació el 26 de febrero de 1911 tenía 39 años.


Lógicamente yo no he vivido ninguna historia puesto que a mi padre lo mataron cuando yo tenía dos años. No lo conocí y lo lamento muchísimo porque fue un anarquista convencido, muy valiente y muy bueno, por lo que nunca hubiera podido triunfar en la política.

Al margen de sus ideas, mi padre entró de policía con la república durante la guerra, con lo que vivió muchas historias de las que solamente han quedado unas pocas en la memoria, pero si han perdurado sus versos que demuestran que era una gran persona y muy culto para su época y condición.


Verdes acacias

¡Encendedme a mí también,
farolas de primavera
y campanitas de lirios
y relicarios de estrellas
que por mis pulsos cabalga
sangre joven, ancha y nueva
y me reclama la vida
desde el fondo de mis venas!

Casi alcanzo,
con la punta de mis dedos,
vuestras verdes hojas tiernas.
Acacias, anchas acacias
de mi ventana con rejas
¡Cómo me duele este verde
de vuestras hojitas nuevas!

de 1935 a 1950


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