Mesxicotet - Anecdotas - Nº 1

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Soy tu regalo
Cuando tienes que salir y viajar mucho, las cosas más absurdas te parecen ya algo normal.

En Alicante tenía un par de instalaciones y, aunque para mí los kilómetros entre Alicante y Valencia ya eran coser y cantar, al tener que esta un par de días no me pareció oportuno hacer cada vez el recorrido teniendo en cuenta que todos estos gastos corrían por parte de la empresa.

Pasé un día francamente agotador, los problemas sencillos son los más difíciles de encontrar porque no puedes ni imaginarlos. Y uno detrás de otro llega un momento en que parece que la cabeza esté a punto de explotar. Pero por fin se acabó el día y la excelente cocina alicantina me esperaba en el hotel y después un baño relajante y a la cama, una hora viendo la tele y después a dormir.

La cena fue exquisita, no demasiado copiosa, como ha de ser por la noche, pero de alta calidad.

Para entender mejor los sucesos posteriores es importante conocer que yo estaba con el dueño de la empresa que era un gran aficionado a la cocina pero que sobre mujeres no entendía absolutamente nada.

Terminamos de cenar y, como se dice normalmente, cada mochuelo se fué a su olivo.

Entré en el cuarto, tiré la cartera en el sofá y me dirigí hacia el cuarto de baño mientras me iba quitando la ropa.

Toc, toc,

Unos golpes en la puerta. Naturalmente lo primero que me vino a la mente es que Manolo, el dueño, querría decirme algo. Abrí la puerta y...

Delante de mi tenía una muñeca verdaderamente deliciosa. Algo digno del mismísimo James Bond y que con una sonrisa pícara y una voz que me sonó a música celestial me decía...

-¡Hola, soy tu regalo!

Con los ojos salidos de las órbitas y con una cara de auténtico lechuguino miré a la muchacha que, al verme tan sorprendido me dijo.

-¿No eres tú Fulano de Tal?

Y en este momento fué cuando cometí uno de los errores más grandes de mi vida, con voz entrecortada le dije...No.

-¡Pues perdona! Me he equivocado de habitación.

Y el resto de la noche me la pasé dándome golpes contra la pared por una ocasión que nunca más volvería a repetirse.


¿Tiene un límite la libertad de expresión? Preguntó el Padre Nicanor.

Según yo lo veo, -contestó Perogrullo- existe el límite de la educación y las ofensas personales. Todo se puede decir sin pasar al insulto, porque cuando se recurre a palabras como ¡fascista! ¡rojo! Etc, no defines a tu oponente, demuestras quien eres tú.


Poca gente conoce, cuándo visita la ciudad, de dónde viene la frase hecha: "Quedarse a la luna de Valencia".

Valencia era una ciudad amurallada, de la que sólo quedan algunas de sus puertas, como las Torres de Quart y las Torres de Serrano.

Antiguamente, había un toque de queda que cerraba la entrada a la ciudad por estas puertas, y todos los viajeros que llegaban más tarde, no tenían más remedio que pasar la noche "a la luna de Valencia".


Comenzamos con una jovencisima y muy bonita muchacha que nos manda unas fotografias de Paris.

Le auguramos a Alexa, un futuro muy prometedor si continúa con su arte.


Restaurante del mes
Camp de Morvedre,16
46590 ESTIVELLA (Valencia)
Teléfono: 962 628 060
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WhatsApp: 647642006
Restaurante "Cullera de Fusta"
Arrocería con mención especial para elaborar
autenticas Paellas a Leña
Otorgado por Wikipaella.org.


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