468 gr. de arroz (D.O. Arròs de València, por supuesto)
1 litro de caldo de ave que tengamos guardado.
2 cabezas de ajos
250 gr. de habichuelas blancas o rojas, al gusto (si son secas, ponerlas a remojo la víspera con agua. El peso es de habichuelas en fresco o bien ya remojadas y escurridas.).
6 alcachofas.
2 tomates medianos maduros.
1 pimiento rojo mediano.
azafrán.
Aceite de oliva.
Sal.
Preparación:
Primero que nada, prepararemos las habichuelas, que coceremos solo con agua unos 20 minutos, las escurriremos y reservaremos.
Deshuesaremos los tordos (importante para que sus huesos no supongan un peligro al astillarse comiendo por su reducido tamaño) y los cortaremos junto con el pollo y las costillas.
Tambien pelaremos las alcachofas y las cortaremos.
Cortamos en trocitos pequeños los tomates y el pimiento.
Pondremos a fuego medio una cazuela de barro para horno (unos 30 - 31 cm de diámetro) y en ella pondremos todos los ingredientes preparados con un buen chorro de aceite, incluyendo las habichuelas y una de las cabezas de ajos, separando los dientes sin pelarlos.
Cuando ya esté todo doradito, añadiremos el arroz a la cazuela y durante dos o tres minutos lo sofreiremos junto con todo, sin parar de removerlo para que no se nos pegue a la cazuela.
El sofreir el arroz cumple dos funciones, ambas muy importantes.
Por una parte, embebe el arroz del sofrito proporcionándole todo el sabor de éste.
Por otra, elimina la tendencia del arroz a aglomerarse y lo mantiene con el grano suelto tras la cocción.
A continuación añadiremos el caldo ya caliente, unas cuantas hebras de azafrán, la otra cabeza de ajos entera y un poco de sal.
La proporción correcta de caldo es el doble en volumen que de arroz aproximadamente.
Con el horno precalentado a unos 220 - 230 grados, introducimos la cazuela, y la coceremos unos 20 a 25 minutos o hasta que veamos que tras secarse todo el caldo, le queda la superficie tostada (rossejat).
Se deja reposar unos cuatro o cinco minutos y se sirve en la propia cazuela